El costo de las elecciones en Argentina es notablemente alto, potencialmente superando al de cualquier otra nación de la región. La votación de mañana ha incurrido en gastos significativos: se estima que el gobierno destinó unos 7.400 millones de dólares, que podrían alcanzar los 7.500 millones de dólares, para sostener el dólar durante los tumultuosos dos meses previos al 26 de octubre. Todo esto, simplemente para llegar al día de las elecciones en una condición económica casi crítica. El último informe indica que la cotización de los bonos y acciones argentinos refleja las expectativas del mercado de que los libertarios de Javier Milei obtendrán aproximadamente el 30 por ciento de los votos en las elecciones intermedias. El informe – ‘Argentina Strategy: Outlook Ahead of the Midterm Elections’ – presenta una perspectiva que no es del todo negativa. Presentado a una audiencia distinguida que incluía a Dimon, Condoleezza Rice y Tony Blair (quienes actualmente colaboran con el banco), el informe sugiere prudentemente acciones específicas de energía y banca argentinas, argumentando que podrían recuperarse después de las elecciones si se determina que el pesimismo del mercado es exagerado.
Numerosos comerciantes atribuyen la agitación actual a una nota publicada el 31 de junio, que recomendaba a los clientes deshacerse de sus posiciones en pesos y trasladar sus activos a dólares, una sugerencia que los inversores actuaron de inmediato. Desde entonces, julio marcó el inicio de lo que un analista denominó “las plagas económicas de Argentina.” A medida que las reservas disminuían y la confianza se erosionaba, el gobierno inició tanto intervenciones indirectas como posteriormente directas en el mercado cambiario, una estrategia que resultó ser muy costosa. El tipo de cambio ascendió a aproximadamente 1,500 pesos por dólar. El último informe indicó que entre septiembre y octubre, el gobierno utilizó aproximadamente 7.400 millones de dólares en fondos exógenos, es decir, fondos provenientes fuera de las dinámicas típicas del mercado, para apoyar al peso. Esto abarcó US.1 mil millones en transacciones del Banco Central en el mercado oficial, US$5.7 mil millones proporcionados por el sector agrícola y un neto de US$440 millones desinvertidos por el Tesoro argentino.
Además, la contribución “crucial” del Tesoro de EE. UU. se estimó en hasta 1.000 millones de dólares, que incluyó una intervención de 450 millones de dólares el 22 de octubre que calmó temporalmente los mercados. Banco Provincia observa que, al excluir la contribución de Estados Unidos, esto representaría la cuarta intervención cambiaria más grande de Argentina desde 2003, después de las de 2015, 2018 y 2019. El valor de la reciente inversión de 7.400 millones de dólares (o 8.400 millones de dólares, teniendo en cuenta el apoyo de Washington) solo se evaluará tras los resultados del domingo. El Ministro de Economía, Luis ‘Toto’ Caputo, afirma que a partir del lunes, la política cambiaria de Argentina se mantendrá consistente, con el sistema de bandas preservado y una posible caída del dólar anticipada. A principios de 2023, el gobierno anticipaba un enfoque sin problemas para las próximas elecciones, proyectando que la inflación se mantendría por debajo del 10 por ciento para septiembre de 2025, junto con un dólar estable, una actividad económica robusta y un resurgimiento del consumo. La inflación se registra actualmente en un 2.2 por ciento para el mes, mientras que el dólar se ha apreciado a 1,500 pesos tras una devaluación del 40 por ciento.
La actividad económica está experimentando una desaceleración, y el consumo ha disminuido en un 0.2 por ciento. La economía depende de la asistencia de EE. UU., ya que el FMI anticipa la finalización del conteo de votos para proponer nuevos objetivos de reservas. Sin embargo, en el ámbito de la economía, al igual que en el mundo del fútbol, siempre hay una revancha en el horizonte. Mañana se revelará si Javier Milei y Luis “Toto” Caputo logran sus objetivos – y el lunes, los mercados emitirán su evaluación.
